abril 14, 2022
Agencias
Colombia se acordó muy tarde de ganar en el clasificatorio a Catar y quedó fuera del Mundial por primera vez desde Sudáfrica-2010. En el camino quedaron dos técnicos de renombre, pero para la afición y la prensa el fracaso tiene nombre: la cuestionada cúpula del fútbol cafetero.
A pesar de contar con una nómina de jugadores destacados en Europa, ni el portugués Carlos Queiroz ni el local Reinaldo Rueda supieron llevar a Colombia al nivel que tuvo bajo la batuta del argentino José Pekerman, que guió a Colombia a cuartos de final en el Mundial de Brasil-2014 y a octavos en Rusia-2018.
“Señores (directivos) ustedes no renovaron a Pekerman, ustedes trajeron a Queiroz, ustedes echaron a Queiroz y trajeron a Rueda”, reclamó el analista deportivo Steven Arce durante su programa en Caracol Radio.
A los cambios fallidos, se suma un escándalo por la reventa de boletas en la eliminatoria pasada. El presidente de la federación, Ramón Jesurún, y otros siete dirigentes fueron sancionados con multas equivalentes a 4,9 millones de dólares por autoridades colombianas, y están siendo investigados por la fiscalía.
Los cafeteros rompieron una sequía goleadora de siete partidos para ganar a Bolivia (3-0) y a Venezuela (1-0) en las dos últimas fechas del premundial, pero dependían de resultados ajenos que no se dieron y perdieron el cupo del repechaje con Perú por una diferencia de un punto.
“Los jugadores y los dos técnicos son responsables del fracaso, pero el desastre dirigencial tiene que dejar de ser ignorado”, anotó el periodista Alejandro Pino, en un tuit.
En un irónico obituario El Tiempo, el periódico de mayor circulación del país, dio cuenta de la eliminación señalando a jugadores, entrenadores y directivos por igual. “Favor no enviar flores”, remató el diario dirigiéndose a los aficionados.