junio 28, 2024
El pasado 17 de diciembre, un escalofrío recorrió a Ralf Rangnick, seleccionador de Austria, y a su cuerpo técnico. Su estrella y capitán, el defensa David Alaba, sufrió una lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda durante un partido del Real Madrid contra el Villarreal. Las esperanzas de que Alaba pudiera disputar la Eurocopa de Alemania eran mínimas, dejando a Austria sin su principal pilar defensivo.
Ante esta adversidad, Rangnick tomó una decisión audaz: si la defensa se debilitaba, potenciaría aún más el ataque. Los resultados de la primera fase de la Eurocopa han demostrado que esta estrategia ha sido acertada.
El once inicial de Austria cuenta con un único delantero, pero está respaldado por cinco centrocampistas, cuatro de ellos con una marcada vocación ofensiva, y una defensa dispuesta a incorporarse al ataque en segundas jugadas. No es casualidad que el primer gol de Austria en el torneo, anotado ante Polonia en la segunda jornada, viniera de un defensa tras un largo saque de banda al área, cuyo rebote fue rematado de cabeza por Trauner.
La verdadera fuerza de esta Austria reside en su mediocampo. Jugadores como Grillitsch, Baumgartner, Laimer y Sabitzer, bien protegidos por el defensivo Seiwald, crean continuamente superioridades en el medio campo. Esto desborda a sus rivales, que dejan espacios aprovechados por la astucia de los austriacos, como bien lo han demostrado en sus enfrentamientos contra Polonia y Países Bajos.
El veterano Arnautovic, oportunista e instintivo, es quien más se beneficia de esta estrategia. A pesar de una temporada irregular en el Inter de Milán, en Austria encuentra el ecosistema perfecto para su juego, desempeñando un rol similar al de Lautaro Martínez en su club. Aunque solo ha marcado un gol en la Eurocopa, su presencia organiza los ataques de los centrocampistas, especialmente de Christoph Baumgartner y Marcel Sabitzer.
Baumgartner, con su visión de juego, moldea las ofensivas con rapidez y sorpresa, mientras que Sabitzer, intuitivo, anticipa las jugadas del media punta del Leipzig antes de que se ejecuten. Así nació el gol de la victoria contra Países Bajos.
Sin embargo, esta estrategia tiene sus riesgos: al volcarse tanto al ataque, Austria tiende a descuidar la defensa, habiendo encajado cuatro goles en tres partidos. Esto podría ser problemático en enfrentamientos contra equipos con grandes delanteras. Aun así, la fórmula desarrollada para cubrir la ausencia de Alaba, quien apoya a su equipo desde el banquillo, ha sido efectiva hasta ahora, y Austria aspira a seguir progresando en el torneo. Para Rangnick, la mejor defensa es un buen ataque.