junio 29, 2024
Orlando Cepeda, el formidable bateador puertorriqueño exaltado al Salón de la Fama del béisbol tras superar múltiples lesiones en las rodillas y cumplir una condena por narcotráfico después de su retiro, ha fallecido a los 86 años.
Los Gigantes de San Francisco y la familia del expelotero anunciaron su deceso el viernes por la noche. Se guardó un minuto de silencio y se mostró una esquela en la pizarra del Oracle Park durante el juego contra los Dodgers de Los Ángeles.
“Nuestro amado Orlando ha fallecido en paz esta noche en su casa, escuchando su música favorita y rodeado por sus seres queridos”, expresó su esposa Nydia en un comunicado emitido por el club. “Nos consuela que él está en paz”.
Cepeda solía asistir a los juegos de los Gigantes durante la temporada de 2017, hasta que enfrentó problemas de salud. Fue hospitalizado en el área de la Bahía de San Francisco en febrero de 2018, tras sufrir un infarto cardíaco.
Uno de los primeros puertorriqueños en brillar en las Grandes Ligas, Cepeda fue el primer bateador designado de los Medias Rojas de Boston. Atribuyó su ingreso al Salón de la Fama en 1999 a su paso por este equipo, siendo elegido por el Comité de Veteranos.
Fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1958 con los Gigantes y Jugador Más Valioso del mismo circuito en 1967 con los Cardenales de San Luis, ambos premios otorgados de manera unánime. Como primera base y jardinero, fue seleccionado para siete Juegos de Estrellas.
Apodado “Peruchín”, “Baby Bull” o “Cha-Cha”, Cepeda firmó con los Gigantes de Nueva York y, a lo largo de una carrera de 17 temporadas, acumuló un promedio de .297 con 379 jonrones y 1,365 carreras impulsadas en 2,124 partidos.
Debutó en las mayores en 1958, justo cuando los Gigantes se mudaron de Nueva York a San Francisco. Bateó un jonrón en su segundo turno al bate, en un equipo que contaba con otras tres leyendas: Willie Mays, Willie McCovey y el dominicano Juan Marichal.
En una entrevista con The Associated Press en 2017, Cepeda recordó su participación en el Juego de Estrellas de 1961 en el Fenway Park de Boston, donde fue cuarto bate, por detrás de Mays y por delante de su compatriota Roberto Clemente, ambos también miembros del Salón de la Fama.
“Un privilegio como pocos. Todavía no puedo creerlo”, dijo.