Mike Tyson no estaba de humor para hablar en la conferencia de prensa antes de su esperado combate contra Jake Paul. El excampeón de los pesados, a sus 58 años, ofreció respuestas cortantes a todas las preguntas el miércoles por la noche, dos días antes de la pelea, que se llevará a cabo en el estadio de los Cowboys de Dallas. Paul, 31 años más joven que Tyson, será su oponente en un evento que genera gran expectación.

Aunque no se discutió su salud en detalle, Tyson había tenido que posponer la pelea originalmente programada para el 20 de julio debido a una úlcera estomacal que le causó malestar durante un vuelo. A pesar de haber perdido 12 kilogramos mientras se recuperaba, Tyson aseguró en un documental relacionado con el evento que había recibido la autorización médica para pelear. Nakisa Bidarian, cofundador de Most Valuable Promotions, compañía de Paul, afirmó que Tyson había pasado todas las revisiones médicas necesarias y que estaba en condiciones de pelear.

A diferencia de otros estados que rechazaron sancionar la pelea, Texas permitió un enfrentamiento de ocho asaltos, en lugar de los habituales 10 o 12, con rondas de dos minutos en lugar de tres y guantes más pesados para reducir el impacto de los golpes. Tyson, sin embargo, mostró poco interés en discutir su situación de salud y solo expresó su expectativa por el combate, declarando: “He dicho todo lo que tenía que decir. Sólo espero con ansias la pelea.”