AFP
El escándalo de corrupción en torno a los Juegos Olímpicos de Tokio vivió un nuevo capítulo esta semana con la detención por cuarta ocasión de un antiguo alto responsable de la organización de la cita olímpica, en el marco de una investigación sobre posibles sobornos.
Según documentos de los fiscales de Tokio a los que tuvo acceso la AFP, Haruyuki Takahashi, de 78 años, es acusado en esta ocasión de haber recibido unos 54 millones de yenes (368.000 euros/hacia 360.000 dólares) en sobornos procedentes de una importante agencia publicitaria y de un fabricante de “productos bajo licencia”.
Los fiscales lo acusan de haber ayudado al publicista ADK Holdings ha lograr un contrato de patrocinio vinculado con los Juegos y de haber recibido a cambio 47 millones de yenes “siendo consciente de que se trataba de una compensación” por ello.
Takahashi también está acusado de haber recibido 7 millones de yenes procedentes de una empresa identificada por los medios nipones como Sun Arrow, un fabricante de peluches que produjo bajo licencia mascotas de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.
Otras tres personas, entre ellas el presidente de ADK, Shinichi Ueno, fueron asimismo detenidas este miércoles.
“Es extremadamente lamentable que nos encontremos en esta situación, y tenemos que disculparnos por los enormes problemas” causados por las detenciones, declaró ADK en un comunicado.
Takahashi había sido detenido por primera vez a mediados de agosto. Entonces era sospechoso de haber recibido en 2017 el equivalente de más de 320.000 euros de Aoki Holdings, que posee una cadena de tiendas de trajes de vestir, tras la firma de un contrato entre su empresa de consultoría y el grupo, convertido en 2018 en patrocinador oficial de los Juegos.
Takahashi, un exdirectivo de Dentsu -una importante firma japonesa de publicidad-, está acusado de haber recibido sobornos por un montante total de 196 millones de yenes (1,3 millones de euros/hacia 1,27 millones de dólares) de empresas como el grupo editorial Kadokawa y la agencia publicitaria Daiko.
Unas sospechas de corrupción que pesan desde hace tiempo sobre las condiciones de atribución de los Juegos a Tokio, una cita que tuvo lugar finalmente en 2021 a causa de la pandemia de covid-19.
El presidente del Comité Olímpico japonés, Tsunekazu Takeda, dimitió en 2019 después de que la justicia francesa abriera una investigación por supuestamente haber pagado a una sociedad “fantasma” en Singapur, antes y después de la designación de la capital japonesa.