Este miércoles se hizo un anuncio revolucionario en el mundo del deporte: los 48 atletas que se alcen con la medalla de oro en las competiciones de atletismo en París recibirán una recompensa económica de 50.000 dólares cada uno. Esta iniciativa marca el primer deporte olímpico que recompensa a sus campeones con premios monetarios, rompiendo con una tradición de 128 años.

La visión de la competencia amateur en los Juegos Olímpicos ha evolucionado considerablemente, con atletas profesionales participando desde hace más de tres décadas y muchos recibiendo apoyo económico de patrocinadores. La medida de World Athletics introduce un cambio significativo en cómo los Juegos se adaptan a esta realidad.

Sebastian Coe, presidente de World Athletics, comentó a los medios que, aunque el movimiento representa un desafío para el deporte, no contradice la filosofía del Comité Olímpico Internacional (COI) de valorar el esfuerzo y dedicación de los atletas en el éxito de los Juegos.

Este plan, que distribuirá un total de 2,4 millones de dólares entre los ganadores, se comunicó al COI poco antes de su anuncio oficial, sin previa discusión. “Es crucial que una parte de los ingresos que nuestros atletas generan durante los Juegos Olímpicos beneficie directamente a quienes convierten a los Juegos en el fenómeno global que son”, afirmó Coe.

Aunque el COI aún no ha emitido un pronunciamiento oficial, es sabido que distribuye las ganancias de los Juegos entre las diversas federaciones internacionales. En los Juegos de Tokio, se asignaron 540 millones de dólares a los 28 deportes, con World Athletics recibiendo la mayor parte.

La aceptación de profesionales en los Juegos, que comenzó en Seúl 1988 con deportes como tenis y fútbol, y se expandió a otras disciplinas como el baloncesto en 1992 con el emblemático “Dream Team” de la NBA, ha desdibujado la línea del amateurismo. A pesar de la ausencia de premios monetarios, atletas de diversas disciplinas han obtenido sustanciales bonificaciones por parte de gobiernos y patrocinadores. Sin embargo, el atletismo, siendo uno de los deportes más emblemáticos por su participación y audiencia, enfrenta un desafío constante en cuanto a financiamiento para muchos de sus competidores, incluidos varios medallistas.