Deportistas, dirigentes y observadores de la comunidad LGBTQ+ han expresado su preocupación por la ola de comentarios que han erróneamente identificado a la boxeadora argelina Imane Khelif como hombre o transgénero en los Juegos Olímpicos de París. Esta controversia ha suscitado temores sobre posibles peligros para las mujeres y miembros de la comunidad LGBTQ+ en el deporte.
La polémica se intensificó tras las críticas de figuras públicas como el expresidente estadounidense Donald Trump y la autora de “Harry Potter”, J.K. Rowling, luego de que la rival de Khelif, la italiana Angela Carini, abandonara su pelea el jueves. En las redes sociales, se difundieron afirmaciones erróneas de que Khelif era un hombre compitiendo contra una mujer.
El portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI), Mark Adams, aclaró que Khelif “nació mujer, fue registrada como mujer, ha vivido como mujer, ha competido como mujer y tiene un pasaporte de mujer”. Adams advirtió que el asunto no debería convertirse en una “cacería de brujas” y subrayó que estos ataques pueden llevar a desinformación y peligrosos prejuicios.
La preocupación de deportistas y observadores LGBTQ+ se centra en que el odio expresado por los críticos podría resultar en una mayor discriminación hacia las personas transgénero y no binarias. Los Juegos Olímpicos de París, que han promovido una agenda de inclusión con un récord de 193 atletas abiertamente LGBTQ+, también han enfrentado controversias, como la reacción negativa de conservadores religiosos a las actuaciones de drag queens en la ceremonia inaugural.
Nikki Hiltz, atleta no binaria de la delegación estadounidense, ha denunciado la creciente transfobia en los Juegos Olímpicos y ha criticado la retórica antitrans como una forma de imponer normas rígidas de género.
La controversia también ha surgido en torno a las afirmaciones de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) de que Khelif y la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting no aprobaron las pruebas de elegibilidad para competir en la categoría femenina. El COI consideró esta decisión de la IBA como “arbitraria”, dado que la normativa actual para el boxeo, que data de los Juegos de 2016, se basa en la identidad de género registrada en el pasaporte del atleta.
Cyd Zeigler, cofundador de Outsports, ha señalado que la falta de claridad del COI antes de los Juegos ha afectado a las atletas y miembros de la comunidad LGBTQ+. Zeigler teme que la reacción negativa pueda desincentivar la participación pública de deportistas LGBTQ+ en futuras ediciones de los Juegos Olímpicos.