Aunque ya no dominan la NBA como lo hicieron en años anteriores, LeBron James, Stephen Curry y Kevin Durant siguen representando la hegemonía del baloncesto estadounidense, a pesar de la creciente competencia de estrellas extranjeras.
Con un total de 52 temporadas en activo, 10 campeonatos y siete premios MVP entre ellos, “King James”, “Chef Curry” y “Durantula” comienzan una nueva temporada con renovada energía, tras haber disfrutado juntos de la victoria estadounidense en los próximos Juegos Olímpicos de París.
Jugadores como Jayson Tatum, líder de los Boston Celtics, y Anthony Edwards, figura de los Minnesota Timberwolves a sus 23 años, se perfilan como los herederos naturales de este trío. Sin embargo, aún no han alcanzado el estatus de MVP, al igual que otras jóvenes promesas como Ja Morant (Grizzlies), Devin Booker (Suns), Zion Williamson (Pelicans) o Tyrese Haliburton (Pacers).
Desde 2018, cuando James Harden ganó el MVP, el premio ha sido monopolizado por jugadores internacionales: Nikola Jokic (Nuggets) lo ha ganado tres veces, Giannis Antetokounmpo (Bucks) en dos ocasiones y Joel Embiid (76ers) una vez.
En la lucha por el galardón también figuran el esloveno Luka Doncic, líder de los Mavericks y máximo anotador de la temporada pasada, y el canadiense Shai Gilgeous-Alexander (Thunder), ambos finalistas en la última edición junto a Jokic.
Además, el pívot francés Victor Wembanyama (Spurs), con sus 2.24 metros de altura, se presenta como el mayor talento emergente desde LeBron James, tras haber sido el número uno del Draft de 2023.
La globalización de la NBA es evidente, ya que en la última temporada 125 de los 450 jugadores procedían de 40 países distintos a Estados Unidos.
