En los últimos minutos del partido del jueves, una derrota 6-3 ante los Seahawks de Seattle, los fanáticos de los Bears de Chicago dejaron claro su descontento con un mensaje contundente desde las gradas: “¡Vendan el equipo!”.

El equipo de Chicago (4-12), que acumula una racha de 10 derrotas consecutivas, está cerrando una temporada que inició con aspiraciones de playoffs pero que ha resultado ser desastrosa. Los Bears concluirán el año enfrentando a los Packers de Green Bay el 5 de enero.

“Mi trabajo es salir y ganar partidos”, comentó el mariscal de campo Caleb Williams al ser cuestionado sobre los cánticos de los aficionados. “No nos centramos en el ruido externo. Los fanáticos animan, a veces abuchean, pero no podemos reaccionar a eso”.

En tres temporadas bajo la dirección del gerente general Ryan Poles, los Bears acumulan un desolador registro de 14-36, incluyendo dos rachas de derrotas de doble dígito. Aunque la actual seguidilla de 10 partidos perdidos es su segunda consecutiva, el equipo nunca ha registrado más de 10 derrotas al hilo en una sola temporada.

La crisis llevó al despido del entrenador Matt Eberflus tras el revés de Acción de Gracias contra los Lions de Detroit. Sin embargo, bajo el mando del técnico interino Thomas Brown, los Bears aún no conocen la victoria, y su dominio por parte de los Packers en las últimas décadas resalta aún más sus dificultades.