
Neymar está de vuelta. Volvió a Santos, el club donde se formó, y volvió a pisar una cancha de fútbol en un partido oficial. En su cumpleaños 33, el astro brasileño disputó 51 minutos en los que dejó destellos de su talento, casi marca un golazo desde fuera del área y, si todo sigue según lo previsto, podría regresar pronto a la selección de Brasil.
Su objetivo es claro: llegar al Mundial 2026. Por eso, dos asistentes de Dorival Jr., técnico de la ‘Canarinha’, estuvieron en el estadio Vila Belmiro siguiendo de cerca su desempeño.
El crack ingresó en el segundo tiempo ante Botafogo (SP) y rápidamente se convirtió en una pesadilla para los defensores rivales. Tocó el balón 63 veces, jugó como un clásico número 10, completó el 86% de sus pases y ganó ocho de los 15 duelos individuales disputados. Su regreso estuvo lleno de emoción, incluso sufrió varias faltas y un pelotazo en la zona baja a pocos minutos de entrar al campo.
Tras el partido, Neymar bromeó sobre las patadas recibidas: “Me pegaron en serio. Me dieron una en el tobillo y se me quedó atascado. Ahora la sangre se enfría y el dolor aparece… después de los 30, duele más”, comentó entre risas.
Al final del encuentro, la rivalidad quedó atrás y los jugadores de Botafogo hicieron fila para sacarse una foto con él. “Les dije: ‘¿Ahora quieren una foto? ¡Me dieron una paliza!’. Pero estoy feliz con el cariño de todos”, expresó el delantero, que fue ovacionado por los hinchas y contó con la presencia de figuras como el exfutbolista Falcao en las gradas.
Neymar ha vuelto, y su camino hacia el Mundial 2026 acaba de comenzar.