A los 38 años, el español Sergio Ramos inicia una nueva etapa en su carrera al unirse a los Rayados de Monterrey, ciudad emblemática del norte de México que respira fútbol bajo la imponente silueta del Cerro de la Silla.

Monterrey, una metrópoli industrial con más de cinco millones y medio de habitantes, vive el fútbol con pasión desbordante, dividida entre dos aficiones: los seguidores de Rayados y los de Tigres UANL. Ambos clubes han dejado huella en la escena internacional, con títulos y participaciones destacadas en torneos como el Mundial de Clubes y la Copa Libertadores.

El desafío de Ramos no solo será integrarse al fútbol mexicano, sino también adaptarse a las condiciones geográficas y climáticas del país. Monterrey se encuentra a poco más de 600 metros sobre el nivel del mar, pero las giras lo llevarán a estadios ubicados hasta a 2,600 metros, enfrentando climas diversos que pondrán a prueba su resistencia.

Con una trayectoria repleta de éxitos, el defensor español buscará demostrar que su calidad y liderazgo siguen intactos. Y, cuando llegue el momento de decir adiós, quizás México lo reciba con la misma calidez con la que despidió a leyendas como Emilio Butragueño y Josep Guardiola, quienes encontraron en el fútbol mexicano el escenario para cerrar sus brillantes carreras.