
Paul Pogba, campeón del mundo con Francia en 2018, está listo para volver a jugar este martes tras completar su suspensión de 18 meses por dopaje. Sin embargo, el mediocampista de 31 años aún no ha encontrado un club que le permita reflotar su carrera, luego de tres años de dificultades, que incluyeron lesiones y un curioso caso de extorsión en el que estuvo implicado uno de sus hermanos.
El futbolista fue suspendido por cuatro años después de dar positivo en un control antidopaje tras el partido entre Juventus y Udinese el 20 de agosto de 2023, debido a metabolitos no endógenos de la testosterona (DHEA). El Tribunal Arbitral del Deporte redujo la sanción a 18 meses, argumentando que la ingestión de la sustancia no fue intencional, sino resultado de un complemento alimenticio recetado por un médico en Miami.
Aunque Pogba está trabajando arduamente en su recuperación y mostrando su progreso a través de redes sociales, su principal sueño sigue siendo regresar a la selección francesa para disputar el Mundial 2026. A punto de cumplir 32 añosel 15 de marzo, su prioridad ahora es encontrar un equipo.
El mediocampista tenía contrato con la Juventus hasta 2026, pero ambas partes acordaron rescindir el vínculo en noviembre de 2023. Su último partido fue el 3 de septiembre de 2023. Aunque ha recibido ofertas, algunas de ellas poco atractivas, como la de jugar en Rusia, Pogba ha dejado claro que no es esa su meta. Equipos como Inter Miami, donde juega Lionel Messi, y el Marsella han mostrado interés en su fichaje.