San Mamés se convierte este jueves en el escenario de una de las muchas “finales” que el Athletic Club espera jugar antes de la gran cita del 21 de mayo. Tanto el conjunto bilbaíno como la AS Roma tienen legítimas aspiraciones de avanzar a los cuartos de final, tras el 2-1 de la ida en el Estadio Olímpico de Roma.

El Athletic afronta este reto con la ilusión de hacer historia, respaldado por una temporada sobresaliente y una destacada fase de grupos en la que solo un equipo, de los 36 participantes, sumó más puntos. El sueño de conquistar un título europeo sigue vivo y San Mamés será clave en esa ambición.

Por su parte, la Roma llega con la confianza que le otorgan sus recientes éxitos continentales: cuatro semifinales, dos finales y un título en los últimos cuatro años. Además, el gol sobre la hora en la ida no solo le brinda ventaja en el marcador, sino también en lo anímico.

Para el Athletic, ese tanto en el último suspiro fue un golpe difícil de encajar, especialmente después de haber dominado parte del partido con el gol inicial de Iñaki Williams. Además, la ida dejó secuelas importantes: la lesión de Dani Vivián en la primera parte y la expulsión de Yeray Álvarez en el tramo final debilitan la zaga de Ernesto Valverde, que tendrá que confiar en Aitor Paredes y Unai Núñez para frenar a la ofensiva romanista.

Otra baja clave para los vascos es la de Oihan Sancet, máximo goleador del equipo con 14 tantos esta temporada y pieza fundamental en el ataque junto a los hermanos Williams. En el lado positivo, Valverde recupera a Íñigo Ruiz de Galarreta y aún debe decidir quién completará el ataque junto a Nico, Iñaki y Álex Berenguer, con opciones para Unai Gómez, Gorka Guruzeta y Maroan Sannadi.

La Roma llega en plena forma a San Mamés. En lo que va de 2025, ningún equipo europeo ha sumado mejores resultados en sus respectivas ligas: ocho victorias y dos empates en diez partidos. Su más reciente triunfo ante el Empoli, logrado con un equipo alternativo, muestra la importancia que otorgan a este duelo en Bilbao.

Con cuatro temporadas consecutivas alcanzando los cuartos de final en Europa, la Roma sabe manejar este tipo de presiones. El Athletic, en cambio, confía en la fortaleza de San Mamés para lograr la remontada y seguir soñando con la gloria europea.